LOS PAÍSES BAJOS III : AMSTERDAM
El Bloemenmarkt, mercado de las flores: Se encuentra ubicado en un
tramo del canal Singel, en realidad es un mercado situado en plataformas
flotantes o barcazas amarradas a los bordes del canal. Tiene más de ciento
cuarenta años de antigüedad y en un
principio la mercancía llegaba en barcos a través del canal. Su visita es un
regalo para la vista y el olfato, flores de todas las variedades se exponen en
un mosaico de colores y mil aromas y sensaciones inundan los sentidos. Los
tulipanes son las estrellas del lugar, más de setecientas variedades de bulbos
de todos los colores posibles se amontonan en los puestos de flores. Se venden
por unidades y es uno de los productos más demandados por los turistas.
Pero no sólo de tulipanes se nutre este mercado, el cultivo de flores en
Holanda es una actividad económica muy importante y aunque la mayor parte de la
producción se dedica a la exportación, los holandeses también son grandes
consumidores de flores y plantas. En nuestra corta estancia, vimos dos detalles
que muestran la importancia de las flores en la vida cotidiana de los
holandeses: La dueña de la casa donde estuvimos alojados nos obsequió con un
ramo de azucenas a modo de bienvenida; por otro lado en tres ocasiones
presenciamos el encuentro de dos personas que al parecer o no se conocían de
antes o llevaban tiempo sin verse, el caso es que la visitante portaba siempre
un ramo de flores para obsequiar a su anfitriona.
Techo cubierto con flores secas |
El Barrio Rojo o Red Light: Una
de las visitas imprescindibles en Ámsterdam es al Barrio Rojo. Llamado así por
los farolillos rojos que iluminan sus calles, sus casas de citas existen desde
el año XIII y se encuentra ubicado en un antiguo barrio de pescadores. La calle
más transitada es la Warmoestraat a orillas del canal Singel y cerca de la
Estación Central.
Los callejones donde se encuentran las vitrinas o escaparates en los que
se exponen las prostitutas son los lugares más visitados. Esta manera de
ofrecer sus servicios las prostitutas data del siglo XVII, cuando todas las
Provincias del Norte vivieron una fiebre comercial que les dio un lugar en la
historia moderna y en la del arte. Así como cualquier artesano o comerciante
exponía sus productos en los escaparates de sus almacenes, las prostitutas
también se publicitaron alquilando unas vitrinas por horas y en las que ellas
se exponían y se exponen en actitudes provocadoras o simplemente están.
El tránsito por estos callejones nos puede llevar a vivir escenas
realmente curiosas, como la que nos tocó ver a nosotros en la que un chico casi
adolescente paseaba con su abuela por una de esas calles, no quitaba ojo de las
vitrinas que había y de lo que allí se exponía. Por un momento una de las chicas,
le guiñó y se le insinuó, él, azorado no sabía que hacer, su abuela se adelantó
y él con gestos explicaba su impotencia ante la situación. De pronto la abuela
se dio cuenta de todo y cogió al nieto del brazo y lo arrastró a su lado.
Pero el Barrio Rojo es mucho más que burdeles y prostitutas exhibiéndose
en escaparates, los sex-shops y restaurantes se reparten por las principales
calles; los locales de exhibición de espectáculos con temática sexual y teatros
se asoman al canal prestándole por la noche los vistosos colores de sus
letreros.
Fotos: J. A. Cortés
Fotos: J. A. Cortés
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