LA ISLA DE LA GOMERA
El viaje en avión entre las islas es
rápido y fluido. Para los isleños coger
un avión es como para nosotros viajar en autobús o tren. En nuestro caso para viajar de la Palma a la
Gomera tuvimos que pasar por Tenerife.
En apenas
media hora se hace el viaje desde la Palma a Tenerife y otra media hora desde
Tenerife a la Gomera. El tránsito en el aeropuerto es rápido y no es necesario
llegar con mucha antelación. La compañía
Binter es la encargada de realizar la mayoría de estos vuelos. El aeropuerto de la Gomera está en el sur, a
treinta y cinco km de la capital. Es pequeño y su edificio principal tiene un
aspecto colonial.
La primera impresión que tuve al
salir del aeropuerto fue un poco de decepción, pues esperaba una isla verde
cubierta en su totalidad por el bosque de laurisilva que forma el Parque
Nacional de Garajonay. Pero pronto la decepción dio paso al asombro y la
admiración. Valles casi desérticos con
palmerales abandonados se fueron sucediendo en nuestro camino.
La isla
es un enorme pedrusco de lava que en su parte más alta está coronada por un
bosque ancestral que se mantiene vivo gracias a los vientos alisios que
provocan que las nubes se estanquen en sus laderas y la humedad que transportan
cale hasta en los rincones más recónditos de este bosque.
El
parque es atravesado por una carretera, llamada dorsal central, por la que hay
que pasar para ir a cualquier lugar de la isla.
Hayedo |
Brezal |
Valle de Hermigua |
Nuestro alojamiento estaba
en Hermigua. Situada en el noreste de la isla, en uno de
los valles más verdes. Su población se distribuye a los lados de la carretera
que la atraviesa y que sirve de calle principal. Sin solución de continuidad en
algunos casos se suceden otras poblaciones cercanas como Agulo, Las Rosas. El valle desemboca en el mar dando paso a una
playa de cantos rodados y cantiles. Aprovechando unas antiguas instalaciones
del Pescante se ha formado unas piscinas naturales que son aprovechadas por los
bañistas. Las plantaciones de plataneras cubren los bancales.
El parque de Garajonay es como el pelo que cubre la cabeza de una
persona. Numerosas rutas lo recorren en
las que los bosques de brezos gigantes y los hayedos son los protagonistas.
Valle Gran Rey |
Otro de los lugares más bonitos
es el valle Gran Rey, un valle que como todos se precipita hacia el mar dejando
que la tierra se funda con él en playas de arena oscura. Es el lugar más
turístico de la isla. Desde que el valle deja de ser barranco, las laderas de
la montaña se convierten en escaleras gigantes labradas por sus habitantes para
sacarle rendimiento a la tierra. Una obra de arte de arquitectura popular al
servicio de la economía de subsistencia.
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