CEDRÓN Y MOHEDA, DOS ALDEAS MEDIEVALES


   Escondidas entre un mar de olivos se encuentran  Moheda y Cedrón, dos aldeas medievales en las que se asentaron judíos y moriscos tras la conquista de Belda (Cuevas Bajas y Cuevas de S. Marcos) en 1424.
   El hecho de que en estas aldeas apartadas se asentaran judíos y moriscos, dos grupos sociales muy señalados por la sociedad establecida tras la reconquista, es significativo. En el año l391 se produjo una revuelta contra los judíos que desmanteló la mayoría de las juderías más importantes de Andalucía: Lucena, Córdoba o Antequera, tras estas revueltas represivas,  vieron reducir el número de vecinos, algunos  huyeron a otras ciudades y otros optaron por irse a vivir a un lugar apartado. Por otros lado al finalizar la reconquista cristiana de la comarca, los monarcas dictaron cartas de privilegio con el fin de asentar población en estas tierras.  De todas estas cartas, la más antigua es la que afecta a las poblaciones de Belda que quedaron bajo la jurisdicción de la villa de Antequera.


   Estas tierras de aprovechamiento colectivo que solían arrendar mediante subasta, siendo pobladas por familias de Antequera y de otros municipios cordobeses cercanos como Lucena y Encinas Reales. En este caso, lo que se arrendaba era la “hierba y el pasto”, el monte y la madera, el esparto y la bellota y la caza quedando reservadas para ser explotadas directamente por la villa de Antequera.





   En 1492, tras la expulsión de judíos y moriscos estas tierras fueron entregadas a los jesuitas y el lugar se repobló con colonos cristianos que explotaron la dehesa y la tierra de labor. En la actualidad la aldea conserva algunas casas antiguas con la fachada tradicional musulmana


Fotos: J.A. Cortés

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