POR TIERRAS DE LAS COMARCAS DE GUADIX Y BAZA
La comarca de Guadix se extiende al pie de la vertiente norte de Sierra
Nevada. Los ríos que nacen en ella, Gor, Fardes, Alhama, entre otros, han
formado anchos valles aprovechados para el cultivo. Los pueblos se asientan en
las laderas de los barrancos que se han formado al erosionar las arcillas
que componen la tierra.
Pocos lugares poseen el mérito
de tener probada la presencia humana
desde el comienzo de los tiempos hasta nuestros días de manera casi
ininterrumpida.
Las comarcas de
Guadix y Baza albergan lugares como Venta Micena en Orce, Cueva de las Ventanas
en Piñar, conjunto megalíticos en
Gorafe, yacimientos ibéricos como el que atesoraba la Dama de Baza etc, todos ellos cubren toda la secuencia
temporal de la prehistoria.
Cuando atravesamos esta comarca para
ir a Almería o a Murcia, llama mucho la atención llegar a la vega que forma el
río Fardes en Guadix, la carretera se asoma como por una ventana que, primero
abre un postigo para ver el campo y luego más tarde se abre entera y se
disfruta del paisaje en toda su inmensidad. Cuando seguimos hasta el altiplano
de Baza, los nombres de pueblos escondidos entre los llamados Band Lands (tierras
malas), se suceden y en algunos casos se repiten cambiando el apellido como, Beas
de Granada, Beas de Guadix o Alicún de
las Torres, Alicún Ortega
Estas tierras que llaman
malas, son en su mayoría de color rojo y en el caso del valle del río Fardes,
lo rodean y le dan forma de cubeta. En algunas de las repisas que forman estas
arcillas, desde tiempos inmemoriales, los vecinos se han construido casas
excavadas en la tierra y aunque en otra época no fueron apreciadas en su justa medida, en la
actualidad las casas cuevas son valoradas como viviendas ecológicas y se cantan
las excelencias de sus ventajas frente al clima tan extremo que tiene esta
región, con inviernos muy fríos y veranos muy calurosos.
Para apreciar la belleza de esta comarca nos fijamos en tres lugares:
Alicún de las Torres es una pedanía de
Villanueva de las Torres. Es famosa por su balneario de aguas termales. Este
lugar tiene dos atractivos: ver el paisaje que han excavado las aguas
carbonatadas de este manantial y además visitar en una meseta cercana los
dólmenes neolíticos que se encuentran dispersos por ella.
La primera
impresión es al ver las acequias y los manantiales de agua que salen de la roca
a 35º de temperatura y que va dejando una estela de vapor según se va enfriando
al contacto con el exterior.
Este agua al estar caliente lleva
muchas sales disueltas, que cuando se enfría
va precipitando a lo largo de su recorrido, dejando un lecho blanco allá
por donde pasa, el fondo se cubre de algas de color verde botella.
Manantial de Alicún de las Torres |
Cercano al balneario
está el recinto llamado El Toril, un acueducto natural de casi 500 metros de
longitud que el agua ha ido formando al depositar los restos de cal y sales en
el lecho de una acequia construida hace centenares de años. El acueducto forma
una muralla, corre paralelo a otro excavado en la roca que está en desuso y entre los dos crean una
fortaleza inexpugnable. De vez en cuando unos pasadizos nos adentran en el
adarve y nos muestran el valle del que se “defiende” Alicún con sus dos murallas
de acueductos.
El parque Megalítico de Gorafe: A pocos kilómetros de Alicún se encuentra Gorafe, un pueblo pequeño situado en una de las laderas del valle que forma el río Gor, mirando hacia levante al igual que los más de doscientos dólmenes que se encuentran en su término municipal.
Muralla formada por restos de cal |
El parque Megalítico de Gorafe: A pocos kilómetros de Alicún se encuentra Gorafe, un pueblo pequeño situado en una de las laderas del valle que forma el río Gor, mirando hacia levante al igual que los más de doscientos dólmenes que se encuentran en su término municipal.
En el pueblo se encuentra un centro de interpretación
sobre la cultura megalítica y el grupo de desarrollo rural está promocionando
la zona incentivando el asentamiento de alfareros y plateros.
Todos los dólmenes excavados están numerados y se pueden visitar. Hay
establecidas tres rutas a las que se accede con facilidad.
Para observar la
grandiosidad del paisaje en el que se asienta el pueblo y para visitar uno de
los dólmenes mejor conservados hay que subir al Llano de los Olivares.
El altiplano es una dehesa de
encinas y cereal o barbecho y desde ahí se puede acceder a El colorado, unas
formaciones de arcilla roja que el viento y el agua ha esculpido y le ha dado,
en algunos casos, formas humanas y en otras, columnas de templos egipcios. La
gente del lugar lo compara con el cañón del Colorado de E.E.U.U. pero más
pequeño y en español
La luz del
atardecer intensifica el color rojo de la tierra e incrementa los contrastes y las sombras.
Cárcavas de El Marchal: Las cárcavas
son zanjas que se producen en el suelo debido a la erosión del agua. Normalmente
estas formaciones se dan cuando el agua cae de manera violenta y cuando el
terreno es blando.
. El río Alhama, que nace en Sierra Nevada,
forma un valle en el que se asientan pueblos como Lucros, Polícar o El Marchal, este último da nombre al monumento natural llamao Cárcavas de El Marchal. Su catalogación como monumento natural no es caprichosa, es totalmente merecida y al igual que el Torcal, la contemplación de este lugar deja sin palabras al visitante y emociona al que es un poco más sensible.
El desvío para
visitarlo, está en la misma autovía. Después de una ruta
de cinco kilómetros se llega a una planicie y desde su borde se pueden ver la
inmensidad de las cárcavas, resulta sobrecogedor ver desde arriba esta
formación geológica de arcillas amarillas
Fotos: J. A. Cortés
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