Pasado y futuro, dos tiempos a conjugar

Casino de Aracena ARACENA Aracena a la sombra del castillo Fotos: J. A. Cortés Casa señorial en Aracena Plaza de toros de Aracena RÍO TINTO     Cuando estudiamos geografía, nos aprendemos el nombre del río Tinto como si fuera un río cualquiera y no nos damos cuenta de lo que significa la palabra "tinto". Sólo cuando se ve sobre el terreno las aguas de color vino tinto, circulando por un cauce, que puede estar encajonado o incluso formar pequeñas cascadas, sólo entonces vemos lo acertado del nombre y la intensidad del color de sus aguas.      La visita a las Minas de Riotinto, no dejan indiferente a nadie, el color del río y los distintos tonos dorados que adquieren las montañas de tierra sacadas de las entrañas, es un espectáculo que hay que ver. Las palabras se quedan cortas para describir el paisaje de esta comarca y los sentimientos que inspira van del asombro y la admiración al rechazo pues tiene que ser difícil la vida en este lugar.

15 de abril: Sendero de Arias Montano Fotos: José A. Cortés         Arias Montano fue un humanista y lingüista, estudioso de las lenguas semíticas. Participó en el Concilio de Trento y ayudó en la redacción de la Biblia Políglota. Fue confesor  de Felipe II. Se retiró en la Peña de Alájar para dedicarse al estudio de las Sagradas Escrituras. La Peña, que ahora lleva su nombre,  es uno de los lugares más visitados de la zona, en ella se ubica la Ermita de los Ángeles, construida en el s. XVI y desde la antigüedad ha sido un lugar habitado por eremitas y anacoretas.          El sendero que parte de la Peña transcurre por un bosque de alcornoques y pinos. En un primer tramo se pasa por las aldeas de Calabacino, Collado y Cabezuelo; abandonadas por la población autóctona y  que en los años sesenta fue repoblada por  una comunidad  hippie.         En el segundo tramo se atraviesa el río Alájar y la ruta se incorpora  al sendero que va desde Alájar hasta Santa Ana la Real. Transcu

Fotos: J.A. Cortés 14 de abril: El segundo día de nuestra estancia en la Sierra de Aracena lo dedicamos a conocer la parte más occidental, los Picos de Aroche.  Cortegana y Aroche son las poblaciones más importantes de esta zona.  Históricamente fue la comarca más castigada en los enfrentamientos entre castellanos y portugueses. El tratado de Badajoz puso fin a las disputas fronterizas, se acordó que la frontera entre ambos reinos estuviera marcada por el río Guadiana y así sigue.         Tanto Cortegana como Aroche disponen sus calles en la ladera de la montaña que alberga el castillo, el de Aroche, almohade y el del Cortegana cristiano. Aroche          En las inmediaciones de Aroche se puede visitar la ciudad romana de Turóbriga, fundada por Augusto en los primeros años del imperio, durante la era republicana, esta región se resistió a ser doblegada por las huestes romanas. Cerca de Turóbriga está la ermita de San Mamés             Conjunto de menhires La Pasad

Castaño del Robledo La Sierra de Aracena es el sistema montañoso  más occidental de Sierra Morena y engloba varios pequeños macizos de sierras alomadas de poca altura, pero con una gran riqueza de fauna y flora. La población se dispersa en pequeños pueblos o aldeas de los que destaca Aracena que es el  centro neurálgico de la comarca. Durante la Edad Media fue una tierra de frontera entre Castilla y Portugal  donde los enfrentamientos fueron frecuentes, testigos de ellos son los castillos o fortalezas que coronan las cumbres más cercanas a los pueblos. Debido a la inestabilidad a que daba lugar esta pugna entre castellanos y portugueses, la población  fue escasa durante este periodo. La colonización de Sierra Morena que impulsó Carlos III también afectó a esta región, de manera que en ella se asentaron pobladores del norte de Castilla, sobre todo de León. Las ascendencia leonesa y castellana de sus habitantes se observa en detalles como, la utilización de muros de piedra para d

SOBRE LOS CASTILLOS Y ALCAZABAS Fotos: J.A. Cortés                 A poco que visitemos una región, siempre habrá una ruta de las fortalezas que pondrá en comunicación lo que queda de lo que antaño fue una línea de castillos. La idiosincrasia de nuestro devenir histórico le da a cada una de estas rutas un matiz fronterizo y en ellas encontraremos historias y leyendas que nos harán pasar un buen rato de tertulia. Entre las narraciones  habrá una gran batalla librada en las inmediaciones y entre las leyendas, una historia de amor imposible de superar. Pues bien, a pesar de ello el castillo o fortaleza fue abandonado cuando pasó la etapa de peligro o en el mejor de los casos,  fue ocupado por un destacamento militar que a duras penas lo mantuvo en pie. Castillo de Riopar                 El abandono, la desidia y la incultura hicieron que corrieran distinta suerte y fueran usados para finalidades muy dispares, a saber: Algunos como el de Riopar Viejo sirvió durante mucho tiem