SEXI, AL-MUNAKAD O ALMUÑECAR
Dicen las crónicas que Abd-Alrahman
I, fundador del emirato independiente de Al-Andalus, desembarcó, en el año 755
de nuestra era, en las playas de Al-munakad disfrazado de pescador. Desde esta
ciudad hizo las indagaciones necesarias para saber con cuántos adeptos contaba
y una vez constatada la adhesión de un grupo de nobles árabes formó un ejército
con el que llegó a Córdoba y venció al emir que ostentaba el poder del emirato.
Siete siglos más tarde, cuando el dominio musulmán estaba agonizando, en 1489, el
castillo de S. Miguel, fortaleza nazarita, fue uno de los últimos reductos en rendirse
a los ejércitos cristianos.
Antes de que
Abd-Arlrahman utilizara el fondeadero de Almuñecar para desembarcar, los fenicios ya se habían fijado en estas
costas para establecer colonias comerciales que llevaron su influencia cultural
hasta las comarcas del interior de Granada. En las necrópolis del Cerro de S.
Cristóbal y de Puente Noy se han encontrado vestigios suficientes que confirman
la importancia de este enclave en el circuito comercial fenicio y del nivel
económico que tenían sus habitantes. En
el museo arqueológico de la ciudad podemos admirar una urna funeraria de
alabastro de origen egipcio con inscripciones de la dinastía XXII, producto del
intercambio que existía entre la colonia fenicia y las clases dominantes en Egipto.
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La cueva de los Siete Palacios |
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Ánforas fenicias |
Por otro lado los romanos dotaron a
este enclave comercial de todos los servicios necesarios para que Sexi fuera
una gran ciudad romana. Un acueducto, unas termas, una factoría de salazones y
La Cueva de los Siete Palacios son un ejemplo de la huella que han dejado. El
acueducto y las termas están construidos con materiales propias del lugar.
Lajas de pizarra de distinto tamaño se disponen de forma ordenada hasta formar
un acueducto que traía el agua desde el río Verde y que proporcionaba agua a la
ciudad. En la ladera oeste del castillo
de S. Miguel se encuentra una factoría de salazones de época romana imperial y
por último La Cueva de los Siete Palacios una construcción cuya utilidad aún no
está muy clara pues unos piensan que es una gran cisterna para albergar agua
traída del acueducto y otros la ven como una construcción para nivelar la parte
alta del cerro en el que está excavada de manera que, en su parte más alta se
construyera una acrópolis con un santuario. En cualquier caso en la actualidad,
esta construcción alberga el museo arqueológico local.
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Interior del museo arqueológico |
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Acueducto y termas romanas |
El castillo de S. Miguel, está
situado en un promontorio que se adentra en el mar y que desde tiempos remotos ha servido como
baluarte de vigilancia y defensivo. Tuvo su época de esplendor con los nazaríes
cuyos emires lo habitaron largas temporadas. Fue conquistado por los Reyes
Católicos en 1489. Durante la guerra de Independencia, las tropas francesas lo
usaron como cuartel militar y antes de irse lo bombardearon y dejaron una de
sus torres descolgada de la fortaleza.
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Interior del castillo |
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Exterior del castillo de S. Miguel |
Fotos: José A. Cortés
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