Pasado y futuro, dos tiempos a conjugar

OTOÑO SIEMPRE OTOÑO Vista del tajo desde el paseo que lo bordea                         Llega el otoño y  volvemos a los lugares de todos los años, para ver el amarillo de los álamos, el marrón de los castaños o el rojo de los cerezos; oler el aroma de las hojas podridas o sentir el frescor del viento en la cara.             A pesar de visitar los mismos lugares, siempre hay algo diferente, quizá el momento del día, la luz o en algunos casos reparar en algún rincón hasta ahora desconocido, aunque siempre había estado ahí; el Tajo de Alhama es uno de ellos. Molino Ntra. Sra. del Carmen Maquinaria de molino Sendero de los molinos Camino medieval FOTOS: José A. Cortés              Desde el paseo que se asoma al tajo, un sendero alfombrado de hojas de álamo nos invita a seguirlo y adentrarnos en las ruinas de los distintos molinos que se levantan en la orilla del río. Fábrica de harinas “La Purísima”  se mantiene en buen estado gracias al trabajo rea

      EL RÍO CARES              Esta ruta es de doce kilómetros ida y otros tantos de vuelta. Va desde Poncebos hasta Caín o viceversa. El camino transcurre por un desfiladero que el río Cares ha esculpido entre la montaña y fue construido para el mantenimiento de un canal que proporciona  energía potencial para una central eléctrica que se encuentra en Poncebos. El canal y la central eléctrica se construyeron a principios del siglo XX y el camino para su mantenimiento en los años cincuenta.  Para hacernos una idea de cómo es esta montaña tenemos que saber que los doce kilómetros que hay de Caín a Poncebos son 112 si los hacemos por carretera y que se tarda lo mismo a pie que en coche. Río Cares cerca de Caín             Dispersas entre las laderas de la montaña se encuentran las “cuatro casas y media” que forman el pueblo de Caín, la mayoría de ellas son restaurantes o posadas. Aquí comienza o termina según se mire la ruta por el desfiladero del río Cares. En este lugar d

MONTORO, CARDEÑA Y SU SIERRA Río Yeguas             Sierra Morena, cuando llega a la comarca de Los Pedroches, suaviza sus lomas, de manera que, su pico más alto apenas sobrepasa los setecientos metros. Esta comarca que sirve de puerta de entrada hacia Andalucía por la provincia de Ciudad Real, ofrece al visitante un paisaje de dehesas que relaja la vista y entretiene la mente con la observación de los cerdos, las vacas, los ciervos o los gamos que pastan en ellas.             Cardeña, es el municipio que le da nombre a esta sierra. Rodeado de dehesas, el pueblo y sus habitantes tratan de mantener un equilibrio entre el mundo de la caza y la montería y el naturalista. Cardeña fue una pedanía de Montoro hasta la década de 1930 en la que se el gobierno la reconoció como entidad municipal independiente. Por ello la plaza más importante del pueblo se llama Plaza de la Independencia Local. Aldea del Cerezo Ciervas mirando a los visitantes  Es posible que esta población