ALBARRACÍN
Plaza Mayor A mitad de camino, la carretera que nos lleva hasta Albarracín se vuelve espectacular al ir estrechándose el camino y formarse un gran cañón horadado por el río Guadalivar. Altas paredes de roca a veces roja y otras amarilla vigilan el discurrir que nos lleva hasta el pueblo, al que se entra a través de un túnel. Encaramadas en el barranco, las casas se van asentado en los salientes y repisas de la roca. Desde abajo sobresale la catedral, el castillo y la muralla que defendía la ciudad por el norte. Balconadas de madera, plazas y calles en las que perderse para luego aparecer en la plaza Mayor. Desde hace veinticinco años, la Fundación Sta. María; compuesta por el gobierno de Aragón, el ayuntamiento de Albarracín, el Obispado e Ibercaja; ha cuidado la rehabilitación de este pueblo que se caía a trozos y que gracias a esta iniciativa se ha salvado de la ruina y ha impulsado el desarrollo de toda la comarca. Pues no sol...