LA COSTA DE ALMERÍA QUE EN OTROS TIEMPOS FUE TIERRA DE CORSARIOS Y PIRATAS


Fotos: J.A. Cortés


                Llegar a Almería por la costa desde Granada produce sentimientos encontrados a saber en qué mundo. Lo primero que llama la atención es su archi-conocido mar de plástico. Entre Almería, El Egido y Roquetas es difícil saber de qué color es la tierra. Numerosos invernaderos la cubren y dan vida a sus habitantes que en caso de que  fuera de otro modo hace tiempo que habrían emigrado  en busca de una tierra mejor. 
 Otro sobresalto me lo llevo cuando leo el nombre de algunos lugares como Balanegra y Tarambana. La imaginación me lleva enseguida a los libros de aventuras de piratas y corsarios.
Oficialmente estos dos nombres no tienen una historia truculenta en la que los protagonistas sean dos piratas llamados Balanegra y Tarambana, pero la historia de la costa almeriense está llena de incursiones corsarias y bereberes que hicieron casi imposible la vida en esta comarca. Desde la conquista del reino nazarí de Granada por parte de los Reyes Católicos, la provincia de Almería se convirtió en la región más cercana a la Berbería por lo que fue la más vulnerable. La orografía de sus playas también contribuyó a ello, pues sus ensenadas naturales fueron lugares de refugio a más de un pirata berberisco.
Los moriscos almerienses participaron muy activamente en la rebelión morisca de 1.568 y por un momento se temió una nueva invasión musulmana por las costas de Almería. La derrota y posterior expulsión de los moriscos dejó casi despoblada la provincia, pues a la emigración forzosa de sus antiguos moradores hay que añadirle el aumento de la inseguridad debido a una mayor presión sobre la costa de los piratas y corsarios berberiscos.
En algunos casos se adentraban hasta cincuenta kilómetros mar adentro y saqueaban los pueblos,  se llevaban prisioneros para pedir un rescate o venderlos como esclavos en los mercados del norte de África y quemaban cosechas.
Por lo que sin pecar de fantasiosa me inclino a pensar que los nombres de Balanegra y Tarambana tienen algo que ver con “Piratas del Mediterráneo”.
Salinas de Cabo de Gata
En contraste con todo esto tenemos el Parque Natural de Cabo de Gata donde las dunas han ocupado las playas, las salinas se han convertido en refugio para las aves y sus praderas de poseidonia hacen las delicias de buceadores.

Playa de las Amoladeras

Dunas en la playa de las Amoladeras

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