LA FIGURA DEL RECOVERO Y LA COMUNICACIÓN
En
estos comienzos del siglo XXI en los que el uso de los aparatos de comunicación
se ha disparado y nuestra ansia de estar siempre en contacto con el exterior ya
ralla en la obsesión, reconforta saber que hay personas que aún se toman su
tiempo para dar y recibir noticias. En
los tiempos en los que la información a tiempo real es lo importante, en los
que el contrastar las noticias, sopesarlas e incluso ponerlas en cuarentena
está pasado de moda, la figura del recovero como persona transmisora de
mensajes y noticias parece anacrónica.
El
recovero era un hombre que recorría los pueblos más alejados e iba vendiendo
artículos a los que los vecinos del pueblo no tenían acceso por no haber
establecimientos de esa índole en la
localidad. A las muchachas del pueblo le vendía artículos para su ajuar, telas
para confeccionar vestidos, incluso hubo algún vecino que pedía algún libro o
periódicos. Bien, pues estos personajes también servían como medio de
comunicación entre los habitantes de unos pueblos y otros, sobre todo entre los
familiares.
Pues
en los tiempos antes descritos y con el personaje mencionado, se produce la
comunicación entre dos hermanos que viven a cuatro kilómetros uno del otro; aunque
los dos tienen teléfono, como no ven bien y no se saben sus respectivos números
de memoria, esperan a que el recovero pase por su calle para mandarle aviso al
otro. Entre que uno emite el mensaje y el otro lo recibe, perfectamente puede
pasar una semana. El mensaje además de pasar el filtro del tiempo también pasa
el del mismo recovero que interpretará y contará la noticia según su propia
idiosincrasia. La contestación seguirá el camino inverso y mientras tanto la vida seguirá sin que nada
perturbe la tranquilidad de estas vidas.
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