ZUHEROS Y EL CAÑÓN DEL RÍO BAILÓN
El camino parte a la entrada del pueblo, después de una subida considerable, enfilamos el sendero que nos llevará a lo largo del cañón hasta la Fuenfría. En los primeros tramos, bancales de almendros en flor llenan de color el paisaje mientras los árboles de la ribera van asomando poco a poco sus hojas. Los álamos, olmos y sauces esperan con impaciencia a que la primavera se asiente y sus hojas puedan abrirse sin miedo al frío.
Más adelante, las paredes de caliza nos mostrarán mil un una formas y decenas de cuevas y abrigos naturales. El río no lleva agua, pero las fuentes que se distribuyen por las laderas nos indican que esta sierra es un aljibe, que guarda con cuidado el agua de lluvia para luego ir soltándola poco a poco, fuente a fuente. En todo el recorrido pudimos disfrutar de casi una decena de fuentes y puntos de agua en los que los renacuajos recién salidos de los huevos empezaban a vivir.
Encharcamiento en medio de la nava |
Las navas que se forman en las alturas son aprovechadas como pastizal para el ganado.
Los olmos por desgracia han sucumbido a la grafiosis y varios bosquetes muestran sus esqueletos que a duras penas se mantienen de pie.
Olmos secos |
Olmos secos |
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