EL NACIMIENTO DEL RÍO FRÍO
Al pie de la mole de piedra que
tiene por nombre Sierra de Loja, se encuentra un pequeño núcleo de población
llamado Riofrío, famoso por la piscifactoría en la que se crían truchas y
esturiones. El río que la hace posible nace un par de kilómetros hacía el
interior y su nacimiento lo podríamos definir como el lugar que estuvo ocupado
por el hombre durante un tiempo y que cuando éste lo abandonó la naturaleza y
el agua lo han ocupado con el desorden y el encanto que le son propios.
Cuatro
o cinco molinos se repartieron antaño las aguas cristalinas del río Frío, los
mismos que ahora abandonados y ruinosos se han dejado invadir por las higueras
y los sauces. Los troncos de unas y las ramas de los otros han formado un
entramado semi-salvaje y las acequias, que en otros tiempos llevaban el agua,
ahora se han colmado de tierra y hojas secas y sirven de vereda para transitar
por la orilla más oculta del río.
El
agua se ve nacer a borbollones en cada uno de los rincones y en los remansos, el
fondo se cubre de berros y plantas acuáticas.
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