UN DÍA EN LA SIERRA DE LOJA

   En  Sierra Gorda,  los árboles y las plantas mantienen su lucha ancestral con las rocas y por ahora gana la piedra porque las laderas rocosas juegan a ser bosques de piedra en los que, aves propias de roquedos se posan para otear el horizonte.

  

Sierra de Loja, camino que bordea las cumbres

Pedregal en la cumbre

   En las vaguadas, la tierra acumulada por la erosión es arada por los ganaderos para favorecer el pasto de las ovejas y,  en un rincón de estas vaguadas, para no quitar terreno al ganado, pequeñas edificaciones sirven de vivienda o de refugio a los pastores.

Casa de pastor El Charco del Negro

   Esta sierra forma parte de un acuífero bastante amplio que se extiende por parte de la provincia de Málaga y Granada y tiene numerosos aljibes, pozos y afloramientos de agua que se encharcan y son refugio de anfibios.

Afloramiento de agua llamado Charco del Negro

   Nuestra marcha transcurre por el sendero que bordea las cumbres mientras un rebaño de cabras monteses se cruza en nuestro camino, pasada la primera impresión nos miran descaradas y curiosas y esperan que prosigamos nuestra marcha para ellas continuar tranquilas su paseo matutino. Por un momento nuestra vista se posa en una de las cumbres  y acto seguido echamos mano a los prismáticos para asegurarnos de que lo que estábamos viendo era una perdiz que imaginaba ser un águila. Durante unos minutos éste ave oteando el horizonte pedía ser un águila para ser admirada y fotografiada como una de esas rapaces que se posan en los riscos y son contempladas con admiración por los aficionados a las aves.