Fotos: J. A. Cortés
¿Qué sería del pueblo de Gavarnie sin su circo glaciar? Seguramente no
existiría. La Gran Cascada y el Circo Glaciar dominan todo el paisaje del lugar
desde que se llega al pueblo situado a más de seis kilómetros de distancia. La
primera instantánea nos deja boquiabiertos, esta impresión no se atenúa
porque según nos vamos acercando descubrimos detalles que hacen más grandioso
el lugar.
El circo glaciar está divido en tres fases o pisos, once cascadas
precipitan el agua del deshielo hasta el suelo. La más grande desde una altura
de más de cuatrocientos metros. El agua se hace polvo debido a la fuerza con la
que cae.
El camino termina en una pequeña meseta desde donde se puede abarcar
todo el circo glaciar. Este lugar impone un alto en el camino antes de entrar
en el sendero que lleva al pie de la
cascada. Dos guardas forestales con
telescopios localizan un rebaño de rebecos sentados plácidamente en la nieve.
Imposible verlos a simple vista ni aún con prismáticos. Desde allí el transitar
de la gente hasta el pie de la cascada nos recuerda a un camino de hormigas que
van y vienen al hormiguero.
El regreso no tiene hora, da pena
irse de este lugar sabiendo que es posible que no vuelvas y que va a ser
difícil encontrar un lugar parecido, por eso nuestro regreso es lento, mirando
de vez en cuando hacia atrás y mirando con esmero cada uno de los rincones por
si algo ha pasado desapercibido a nuestra ida.
Entre las cinco y media y las seis de la tarde, el monte se va vaciando,
nosotros vamos cerrando las verjas de ganado y Gavarnie y su circo glaciar se
quedan solos hasta el día siguiente en el que un nuevo río de gente admirará
sus paredes verticales y sus cascadas.
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Gave de Gavarnie |
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Circo Glaciar y cascada |
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Camino que lleva hasta la cascada |
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Cascada |
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Cascada |
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Valle glaciar con la cascada al fondo |
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Valle glaciar |
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Puente sobre la gave de Gavarnie |
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Circo glaciar y valle |
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