Pasado y futuro, dos tiempos a conjugar

     En una Europa sin fronteras resulta chocante pasar por el Puerto de Somport y encontrar, escondido entre las rocas que forman el desfiladero, un fuerte militar. Pues si, encaramado en lo alto de las peñas y construido con el mismo tipo de piedra que hay en los alrededores, el Fuerte de Portalet (puerta pequeña) trata de pasar desapercibido para los que atravesamos la antigua frontera entre Francia y España.     Aunque su construcción data de finales del siglo XIX, es posible que desde la antigüedad existiera un puesto de vigilancia. El edificio que ahora podemos ver, fue construido por Luis Felipe de Orleáns en 1842 para proteger a Francia de una posible invasión española. Consta de las instalaciones cuarteleras para tropa y oficiales, la fortaleza superior y las galerías excavadas en la roca.     Este fuerte ha sido testigo de todos los acontecimientos bélicos habidos en España y Francia desde su construcción: las Guerras Carlistas, la I y II Guerra Mundial o la Guerra

        Pueblo situado en el Parc de Pyrénée. Es la población con más establecimientos termales de toda la zona. En las termas  se pueden tomar baños de aguas sulfurosas, que ya se conocían en la antigüedad, pero fue a finales del siglo XIX y principios del XX cuando la villa coge el esplendor que aún mantiene. Numerosos edificios de estilo modernista adornan sus calles: le cinema, las termas de Cesar y los numerosos hoteles y residencias que tiene. Edificio del Ayuntamiento de Cauterets Le Cinéma Le Cinéma      La antigua estación, construida cuando se puso en marcha el ferrocarril entre Cauterets y Lourdes aún pervive tal cual fue construida, aunque el ferrocarril no siga funcionando y su trazado se haya convertido en vía verde.  El edificio es todo de madera y sirve como estación de autobuses y como centro social  y cultural.  Fotos: J. A. Cortés Antigua estación de tren Vista del pueblo

Una visita obligada, aunque sea corta, es la del col de Tourmalet, famoso por ser uno de los picos pirenaicos que todo ciclista profesional o aficionado tiene que haber subido. Aunque no es un paisaje espectacular, los prados de alta montaña y los neveros que aún permanece bien entrado el mes de julio le da un encanto especial. La cumbre está presidida por la estatua de un ciclista donde todos los aficionados al ciclismo se quieren fotografiar. Desde ella se pueden divisar las dos vertientes, la vista es relajante y  la observación de aves de alta montaña no vistas en otros parajes nos hacen valorarlo en su justa medida. Pequeño lago  Monumento al ciclista Cumbres desde el col de Tourmalet Valles y prados Fotos: J.A. Cortés